Hola amigos. Hoy les quiero presentar una notable enseñanza que nos viene como anillo al dedo si somos personas aventuradas en el mundo de los negocios y el emprendimiento, y aun aplica fuera de ello. Muchas veces quisiéramos que todos los factores y el contexto que compone nuestro negocio o incluso nuestra propia vida, fueran estables y fijos, pero esto no es así, y en cierto modo (si lo miras del cristal correcto) esto le da el sabor a la vida y a nuestros proyectos, ya lo entenderás.
Aquello que podría estar generándote esa inseguridad, esa sensación de que nada resulta, incertidumbre y muchas veces decepción es lo conocido como El Cambio. Como bien dice el dicho, "el que no está dispuesto arriesgar no cruza el río". Podríamos quedarnos sin hacer nada nunca, y claro, no seríamos muy afectados por aquellos factores, pero ¿Qué ganarías? Que tus sueños e ideales jamás se cumplan. Muchas veces nos sentimos cómodos como estamos, y no queremos cambiar, maquillando esta última situación como que "no necesitamos cambiar". Con aquella premisa en frente, el camino de ahí en adelante se obstaculiza aun más cuando la mediocridad, la pereza y la procrastinación toman el dominio de nuestro día a día. Entonces nos queda la siguiente interrogante: Asumiendo que queremos llevar a cabo todos nuestros sueños, sean cuales sean, planes de negocio, familiares, salud, lujos, paz, ayudar a otros, etc. ¿Qué es más fácil? ¿Quedarnos a la voluntad de las situaciones que nos rodean dejándonos arrastrar por las constantes decepciones? ¿Culpar a otros por nuestras desgracias y victimizarnos? ¿Dejar que el tiempo pase al seguir lamentándonos de lo que algún día fue nuestra vida/negocio o tuvimos? O bien ¿Tomar una actitud diferente y especial frente a cada cambio? Siempre habrán cambios, por lo que, siempre deben haber vías de escape y adaptación a aquel cambio, claro, si amamos nuestros sueños y deseos con pasión.
Aquello que podría estar generándote esa inseguridad, esa sensación de que nada resulta, incertidumbre y muchas veces decepción es lo conocido como El Cambio. Como bien dice el dicho, "el que no está dispuesto arriesgar no cruza el río". Podríamos quedarnos sin hacer nada nunca, y claro, no seríamos muy afectados por aquellos factores, pero ¿Qué ganarías? Que tus sueños e ideales jamás se cumplan. Muchas veces nos sentimos cómodos como estamos, y no queremos cambiar, maquillando esta última situación como que "no necesitamos cambiar". Con aquella premisa en frente, el camino de ahí en adelante se obstaculiza aun más cuando la mediocridad, la pereza y la procrastinación toman el dominio de nuestro día a día. Entonces nos queda la siguiente interrogante: Asumiendo que queremos llevar a cabo todos nuestros sueños, sean cuales sean, planes de negocio, familiares, salud, lujos, paz, ayudar a otros, etc. ¿Qué es más fácil? ¿Quedarnos a la voluntad de las situaciones que nos rodean dejándonos arrastrar por las constantes decepciones? ¿Culpar a otros por nuestras desgracias y victimizarnos? ¿Dejar que el tiempo pase al seguir lamentándonos de lo que algún día fue nuestra vida/negocio o tuvimos? O bien ¿Tomar una actitud diferente y especial frente a cada cambio? Siempre habrán cambios, por lo que, siempre deben haber vías de escape y adaptación a aquel cambio, claro, si amamos nuestros sueños y deseos con pasión.
Para que les quede más claro, les dejo estos dos recursos que nos enseñan acerca de El Cambio y cómo el hecho de resistirlo o aceptarlo con agrado genera una diferencia abismal en los resultados. Invierte 20 minutos de tu día para incorporar estas lecciones, estoy seguro que serán de tu ayuda.
¿QUIEN SE LA LLEVADO MI QUESO?
LA LECCIÓN DE LA VACA
Espero disfruten aun más el camino hacia sus sueños con esta enseñanza. Dios les bendiga!
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